Para solicitar una hipoteca, el primer requisito es que la casa prefabricada sea considerada como bien inmueble
La subida del precio de la vivienda tradicional ha multiplicado la venta de casas prefabricadas, tanto como residencia habitual como segunda vivienda. Además, este nuevo modo de construir permite unos plazos de ejecución más rápidos y elegir el modelo de vivienda entre los cientos de casas que se ofertan en el mercado. Las más económicas pueden rondar los 10.000 euros, pero la horquilla de precios es amplia y se puede llegar a pagar incluso medio millón de euros por una casa prefabricada.
Tanto si es de las más baratas como las más lujosas, la opción de solicitar una hipoteca viene condicionada por un primer requisito fundamental: la casa tiene que considerarse un bien inmueble, es decir, tiene que tener una ubicación fija y no se puede transportar de un lado a otro. A priori, no se concederían así hipotecas para pequeñas casetas o casas que se puedan mover de un terreno a otro por carretera.
Una vez considerado bien inmueble, los requisitos que tiene que cumplir una casa prefabricada para poder ser hipotecada son los siguientes:
– Tiene que estar situada en un terreno urbanizable que esté delimitado en los planteamientos urbanísticos.
– Debe tener unos cimientos que la anclen al suelo.
– El proyecto tiene que estar supervisado por el Colegio de Arquitectos y tiene que contar con licencia municipal, como una vivienda tradicional.
– Hay que inscribir la casa en el Registro de la Propiedad, ya que si se instala sobre suelo rústico y no se registra, se pierde la opción de solicitar una hipoteca.
– Debe cumplir la normativa europea que regula eficiencia energética en el hogar.
– El importe debe superar una cantidad en torno a los 50.000 euros para estudiar la hipoteca y que se pueda conceder, aunque la cifra depende de la entidad.
– Que el titular, como en cualquier otro tipo de hipoteca, supere el estudio de solvencia económica.

TIPO DE HIPOTECA ESPECIAL
Las entidades financieras suelen ofrecer para este tipo de proyectos una hipoteca denominada autopromotor, es decir, una hipoteca pensada para financiar el proceso de construcción de una vivienda y, en algunos casos, también la compra del terreno sobre la que se va a edificar.
En las hipotecas autopromotor, el dinero se va recibiendo por tramos según avanza la obra. Por ejemplo, una parte del dinero se recibe para cubrir los gastos de construcción a medida que se desarrolla la obra, y la cantidad final llega cuando está emitido el certificado de final de obra y se ha obtenido la licencia de primera ocupación. Estos créditos suelen tener unos intereses algo más elevados, pero algunas entidades ofrecen periodos de carencia donde solo se pagan los intereses durante los primeros años.
Las hipotecas autopromotor suelen cubrir más del 85% del coste total y, en algunos supuestos, pueden incluso llegar al 100%.
¿Y SI QUIERO UNA CASA PEQUEÑA?
Si la casa cuesta unos 10.000 o 20.000 euros o simplemente no puede considerarse un bien inmueble por estar en terreno no urbanizable o no estar anclada al suelo, la opción es solicitar un crédito o préstamo personal.
La ventaja de esta opción es que se ahorran los costes aparejados a la hipoteca, como notaría, Registro de la Propiedad o tasación. ¿Los inconvenientes? Que el plazo de devolución suele ser más reducido y los intereses son más altos.